LA RESINA PROCESO DE RESINACIÓN
La primera labor consiste en desroñar o quitar la corteza del pino en la zona donde se va a resinar. Al mismo tiempo, al pie del tronco, se hace un corte vertical, estrecho y alargado, denominado cara (50 cm. de alto, 12 de ancho y 1,5 de profundo). En la parte inferior se coloca una grapa que conduce la miera al recipiente de barro colocado debajo de ella. Este recipiente, en su base se apoya en una punta clavada en el propio pino.
Cada corte o cara dura una campaña, entendiéndose por tal el tiempo de resinación que media entre el primero de marzo y el 15 de noviembre.
En la campaña siguiente la incisión inicial se alarga en 60 centímetros como máximo, manteniendo la misma anchura y profundidad inicial. Se eleva la grapa y el recipiente hasta el pie del nuevo corte. Y así el mismo procedimiento en la tercera, cuarta y quinta campaña. La cara que se da en el cuarto año no superará la altura de 80 centímetros y en el quinto año 90 centímetros. La anchura no excederá en el tercer año los 11,5 centímetros y 11 en los dos siguientes.
Al conjunto de estos cinco años se les denomina quinquenio. Llegado al sexto año, -primero de un segundo quinquenio- se procederá de igual modo que al inicio, dejando de la entalladura anterior una distancia o entrecara de 3 a 5 centímetros. La posibilidad de resinado de un árbol es de siete a ocho quinquenios por lo que la explotación podrá alcanzar de 35 a 40 años.